martes, 31 de enero de 2006

Si es que somos todos como flores


Parece que me hayan metido una paliza enorme y sólo me he levantado a las 5,30. ¿Qué será de mi la semana que viene? No quiero ni pensarlo...
Aunque bueno, a pesar de todo hoy el sol ha vuelto a nuestras vidas. Por fin!! Cómo lo echaba de menos... No me importa el frío, ni el viento en cierto modo, pero el sol.. el sol es básico para tener un día normal (o por lo menos aparentemente). Me gustan los días de invierno en los que el sol se impone a todo, en los que aunque haya alguna nube sus rayos tocan tu cara suavemente inyectándote ese poquito de buen humor que nos hace falta a todos.
La gente cambia, yo cambio, mi cara cambia, y mi esperanza de tener un buen día es mayor.
Me gusta el sol de invierno. Ese que te calienta por la mañana y que se apaga tempranito por la tarde para coger fuerzas para el día siguiente.
Si es que en realidad somos todos como las flores, que sonreímos cuando nos toca con su luz, nos volvemos más guapos y más sanos... si es que cambiamos hasta de color!




Sale el sol
La sombra de la montaña
inunda el campo de gris y de azul.
Un cuarto menguante de luna
resiste en el cielo la llegada de la luz.

Sale el sol,
ilumina el sistema donde estamos viviendo.

Intento captar el momento
para madártelo en una postal,
pero no puedo encontrar mi guitarra
y cuando la encuentro no la puedo afinar.

Sale el sol,
ilumina el camino donde estaba perdido.

Sale el sol,
ilumina todo el sistema.
Sale el sol,
y nosotros aquí dando vueltas.
Sale el sol, nena,
es hora de que estés despierta.
Sale el sol,
lo sé, pero no tengo las pruebas.
Sale el sol, nena,
aunque salga por Antequera.
Sale el sol,
no puede ser que no lo veas.

Sale el sol, nena.´
(Los Planetas)

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