jueves, 13 de octubre de 2005

Siempre me quedará

Cómo decir que me partes en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso
y me desciende del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
De este cuerpecito mío
que se ha convertí­o en rí­o.
Me cuesta abrir los ojos
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.
Hay un trozo de luz en esta oscuridad
para prestarme calma.
El tiempo todo calma,
la tempestad y la calma,
el tiempo todo calma,
la tempestad y la calma.

Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar
la lluvia que caerá
sobre este cuerpo
y mojará
la flor que crece en mi,
y volveré a rei­r
y cada día un instante
volveré a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar
la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver é a reir
y cada día un instante volveré a pensar en ti.

Cómo decir que me parte en mil
las esquinitas
de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso
y me desciende del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertí­o en ri­o.
De este cuerpecito mío
que se ha convertío en rí­o.

Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar
la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a rei­r
y cada di­a un instante
volveré a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar
la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reí­r
y cada dí­a un instante
volveré a pensar en ti.

(Bebe)

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