jueves, 29 de noviembre de 2007


Esta tarde he interpretado un poema delante de 20 personas.
Una sola vez, subida en la tarima mientras me grababan en vídeo.
Hasta que no vives algo así no sabes realmente lo que es el miedo escénico. Es gracioso porque antes de salir te entran unas ganas de hacer pis tremendas, que crees que no lo aguantarás. Pero se ve que suele pasar, tiene un nombre y todo, pero no lo recuerdo.
Nunca he sabido hablar bien en público, soy excesivamente gestual, y eso es, entre otras cosas, un síntoma y una expresión de inseguridad. O eso dicen.
Hoy, en cambio, no sé qué me ha pasado, pero al subirme allí arriba con mi poema en la mano, la cara se me ha paralizado. En serio. Muy raro, era como si los músculos de mi cara se hubieran puesto en super tensión y no respondían a nada. Peor que incómodo.
Siempre pensé que el que a las personas les cueste hablar en público depende, en parte, de la relación que tengan con el público. Que en cuanto más "despegado" se sienta uno, menos nervios se pasan. Pues no.

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