jueves, 26 de octubre de 2006


Hoy estoy hasta los huevos.
Hasta los huevos de la gente.
De mi trabajo.
De ir en bici.
De mis clases.
De los trabajos.
Del puto visagismo.
De los formularios.
De toda la mierda que una se tiene que callar.
De callarme.
De no saber qué pasa.
De los cambios.
De tener sueño siempre.
De no poder hacer lo que quiero cuando quiero.
De no tener tiempo ni para peinarme.
De no estar segura de nada.
Del estrés.
De los anuncios insoportables de la tele.
De las películas de mierda.
De que internet vaya tan mal.
De trabajar los sábados.
De tener vida social 0.
De no apreciar las cosas porque me duermo.
De no poder sentarme en mi sofá.
De las putas fotos mal hechas.
De ser siempre la pardilla.
De sonreir cuando no me apetece.
De disimular.
De no decir lo que pienso a la primera.
De necesitar siempre una opinión.
De no saber ninguna película ambientada en los años 20.
De no poder arreglar mi impresora.
De modificar cosas.
De aguantar a imbéciles pelotas en todas partes.
De guiris de mierda que mandan.
De entrar a las 7 de la mañana.
De que nadie me reconozca el trabajo bien hecho.
De aguantar a niñatas de guardería.
De colgar vídeos y que nadie los mire.
De que el cable de mi disco duro no funcione bien.
De no tener cd's para grabar.
De no encontrar nunca nada.
De que se me acaben las hojas cuando tengo que imprimir un trabajo.
De que The Life Aquatic se baje tan lentamente.
De todo.
Estoy hasta los huevos de todo.
Y aunque esta semana se esté terminando a mi me da igual, porque luego vendrá otra y otra y todas serán iguales y me agobio.

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