viernes, 15 de septiembre de 2006




Adiós PiKolín.
Me ha acompañado desde hace muchos muchos años. Ha superado mudanzas, cambios, polvo, un pañuelo palestino, la pasión de la Loli, su odio, más polvo... Pero ya ha llegado el momento de despedirnos. Cerramos etapa y con ella se va él.
Seguramente esperará al lado de un contenedor a que algún vagabundo, niño o borracho gracioso lo coja (si no lo hacen antes los señores de la limpieza)... así que si conocéis a alguien que desee tener a Piolín-Robin Hood (para mi y todos sus conocidos, Pikolín) decídmelo y yo se lo cederé con la alegría de verlo pasar a una mejor vida.
Es en serio, si alguien lo quiere que me lo diga. Es de regalo. No permitáis que un peluche viejo y sucio muera en la calle solo...
O bueno, que si alguien sabe de algún sitio donde acepten peluches para los niños pobres que me lo diga, que sería lo mejor.
Ais... adiós Pikolín.

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