Pobre perri, es monísimo. Todos los días se levanta y se va a trabajar. Tiene un trabajo bastante duro. Tarda en vestirse un montón de tiempo porque lleva un montón de complementos... Sus gafitas, su gorra, su jersei a rayas... aissss... qué pobre.
Vaya una caca de trabajo que tiene el perri, y yo me quejo... El pobre es que claro, es perro y anda que no le tiene que costar estar serio todo el día, sin moverse un pelo mientras desfilan por delante suyo un montón de perros por las Ramblas.
Bueno, desde aquí le mando un besito enorme para que no se le haga tan duro el estar explotado por un señor que, podría dedicarse a darle cariñito y ganar dinero por el mismo y no por la monería que es tener a un perro disfrazado posando.
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