Las hienas de la ciudad

Qué triste es ese tipo de gente que utiliza a las personas a su antojo y luego, cuando se sienten solas te hablan como si nada, te buscan para algo que tú ya no quieres ni escuchar. Me resulta tan patético y tan difícil de asimilar...
No tengo muy claro cuál es la mejor manera de reaccionar ante este tipo de personas, no sé. Porque es que lo más fuerte de todo es que no tienen ningún tipo de escrúpulos ni vergüenza a la hora de usarte como si nada. Y tú dices, pues yo igual que tú, sin escrúpulos a pasar de ti... pero es complicado de conseguir, la verdad. Además lo que sí que tienen esta clase de aprovechados es que no se dan cuenta de nada, no se dan por aludidos en ningún momento por muchas pistas que des. Y eso es simplemente porque no son conscientes de hasta qué punto llega su estúpida manera de ser.
Cuando creo que ya me he hecho inmune a estas personas, cuando me parece que ya soy espcialista en pillarlas al vuelo, e intento que nada de lo hagan me afecte, me doy cuenta de que la paciencia no es algo que yo tenga entre mis virtudes, nunca he sido paciente con nada y ahora lo soy mucho menos. Y el hecho de tener que aguantar estoicamente a este tipo de engendros humanos pues no me lo pone fácil, no es agradable tener a una persona delante taladrándote a preguntas con tal de sacarte información y hacer que todo es normal y que ni sus palabras ni su cara te importan. Además es que te tratan como si fueras medio idiota y no pudieras darte cuenta de qué es realmente lo que quieren...
Buf, es horrible. Por suerte todos tenemos nuestro merecido tarde o temprano, y de lo que antes alardeabas ahora es motivo de pena y vergüenza. Es lo que hay. Cuando no cuidas lo que tienes... pluf... se desvanece. Y en eso son especialistas los aprovechados, en despreciar las cosas sin pensar en que algún día necesitarás ayuda...
Y ese día llega, te lo digo yo, y será entonces cuando te preguntes qué es lo que has hecho mal... Pero no seré yo la que te lo explique.