Hace muchos años, se instaló una idea en mi cabeza. Es algo absurdo y, hasta hace bien poco, siempre pensé que era algo que me ocurría por la facilidad que tengo de hacerme increíbles películas internas, y que debía ser la única persona a la que le ocurría eso. Si más no, en el grado en el que a mi me ocurre.
El caso es que muchas (muchísimas) veces, tengo la sensación de estar viviendo una película. Algo preparado de antemano por algo o alguien que, desde su casa, ha escrito un guión que yo sigo sin dificultad porque el mundo entero es cómplice.
Sí, The Truman Show (Shuman Trow). No soy original. Y está claro que esto me pasa desde que vi esta película, obvio.
Imagino que ahora muchos pensaréis que a vosotros también os pasa, y me diréis que es algo que le ocurre a mucha gente y tal...
Pues... podríais habérmelo dicho antes...
Esta tarde, estaba yo en la única clase interesante de todo este año (4000 euros por 4 horas semanales es genial) y he vuelto a sentir esta sensación. Se hablaba sobre la amistad, sobre las personas y sobre cómo actuamos con determinado tipo de gente. Sobre cómo nos comportamos cuando nos sentimos la víctima más grande del mundo. Sobre cómo despreciamos a los demás cuando creemos que nuestra desgracia es la más desgraciada. Sobre cómo nos fallan las personas que creíamos más cerca y sobre cómo deja de importarnos esto al conocer lo que es el verdadero dolor.
Está claro que no existe un mundo paralelo al mío. Y está claro que no soy Jim Carrey (gracias a Dios). Pero a veces, cuando pasan estas cosas, la vida cobra un sentido diferente. Es como cuando escuchas una canción y crees que la han escrito para ti, que nunca nadie podría haber descrito tan bien cómo te sientes. Una especie de purificación extraña.
A veces necesitas que alguien te abra los ojos y nadie dice que no pueda ser tu profesora de comunicación.
El caso es que muchas (muchísimas) veces, tengo la sensación de estar viviendo una película. Algo preparado de antemano por algo o alguien que, desde su casa, ha escrito un guión que yo sigo sin dificultad porque el mundo entero es cómplice.
Sí, The Truman Show (Shuman Trow). No soy original. Y está claro que esto me pasa desde que vi esta película, obvio.
Imagino que ahora muchos pensaréis que a vosotros también os pasa, y me diréis que es algo que le ocurre a mucha gente y tal...
Pues... podríais habérmelo dicho antes...
Esta tarde, estaba yo en la única clase interesante de todo este año (4000 euros por 4 horas semanales es genial) y he vuelto a sentir esta sensación. Se hablaba sobre la amistad, sobre las personas y sobre cómo actuamos con determinado tipo de gente. Sobre cómo nos comportamos cuando nos sentimos la víctima más grande del mundo. Sobre cómo despreciamos a los demás cuando creemos que nuestra desgracia es la más desgraciada. Sobre cómo nos fallan las personas que creíamos más cerca y sobre cómo deja de importarnos esto al conocer lo que es el verdadero dolor.
Está claro que no existe un mundo paralelo al mío. Y está claro que no soy Jim Carrey (gracias a Dios). Pero a veces, cuando pasan estas cosas, la vida cobra un sentido diferente. Es como cuando escuchas una canción y crees que la han escrito para ti, que nunca nadie podría haber descrito tan bien cómo te sientes. Una especie de purificación extraña.
A veces necesitas que alguien te abra los ojos y nadie dice que no pueda ser tu profesora de comunicación.