Hoy he empezado el día de la mejor manera. Entre mierda. Si, así.
Me he despertado a las 6,15 porque ya estaba duchada, he desayunado mis tostadas y el café con leche, he cogido la comida y me he ido en busca de mi bici. Apunte: mi Inés se está portando como una campeona, es la mejor de entre todas, llueva, nieve o haga un sol de justicia, ella ahí está, dándolo todo.
A lo que iba. Estaba yo en mis primeros 100 metros cuando me he parado en el semáforo, que era muy guay porque tenía las 3 luces encendidas. Es super gracioso ver una semáforo así, no sé si alguna vez habéis tenido la oportunidad, pero es gracioso. Así que he pensado que sería más gracioso aún hacerle una foto para enseñároslo... y en esas que estaba sacando el móvil para inmortalizar el momento cuando... PLAF... !!!!!... Un pájaro se ha cagado en mi. Genial. En toda la mano (suerte que no ha sido en el pelo, por lo menos). De buena mañana... un truño. Ala, para el que diga que madrugar no es una mierda.
Y lo mejor: nunca llevo kleenex en el bolso. Nunca. Así que me las he visto y deseado para limpiarme las eces del pajarito lindo. Gracias a que de pequeña descubrí una fuente secreta en la Avenida Gaudí...

Y así ha empezado mi día, entre mierda.
Pero bueno, podría haber sido mucho peor... ¿no?
Sí.