Ya tenemos fecha. Todavía no es definitiva del todo, falta una confirmación. Pero ya casi está.
Me resulta tan difícil explicar cómo me siento... Es una mezcla de ilusión y tristeza. Nunca pensé que sería testigo de la boda de mi madre. Y sobretodo, nunca pensé que sería en estas condiciones.
Este tiempo con mi familia me ha hecho pensar. No estamos preparadas para nada, no nos hemos hecho a la idea, no vamos a saber afrontar lo que se nos viene encima, y lo peor, no somos conscientes de lo que viene.
Supongo que debe se una especie de barrera emocional que hemos levantado sin darnos cuenta, y es que no debería ser así.
Me da muchísimo miedo.

El miércoles que viene voy con mi madre a comprar los anillos. Qué fuerte. Me ha costado un poco convencerla de que tenemos que llevar anillos, pero al final se ha dado cuenta de que tiene que ser así. Llegará algún día en el que quiera tener 'ese' anillo. Y además sé que en realidad sí quiere tenerlo, lo que está quitándole importancia el acto porque no quiere vivirlo. Está claro que si hubiera querido casarse, hace ya años que lo habrían hecho, y que es esta mierda de mala suerte la que nos está obligando a hacer cosas que nunca pensamos que haríamos, pero hay seguir adelante con lo que toque.










Lo prometido...
http://www.youtube.com/watch?v=8SXkT4SSBv8