Hoy he salido a las 12 de trabajar, me he ido a las 12,30 más o menos y como tenía que ponerme a estudiar en alguna parte, me he ido a un bar cerca del cole. Un bar super chungo que está en la Avenida Sarrià y del que aún conservo parte de olor a frito en la ropa. El caso es que me he sentado en la barra (con lo poco que me gusta, pero ya se sabe, era la hora de comer y en las mesas no te dejan), me he pedido un cortado que me apetecía más bien poco y me he puesto a leer por encima los apuntes. Mientras leía la importancia que tienen los gestos en nuestra comunicación, me ha desconcentrado una melodía que me era familiar... Extrañada me he parado a escucharla, con la dificultad añadida que tengo yo que tardo en separar las canciones del ruido un montón, y para mi sorpresa sonaba esta canción que os pongo. Mucha impresión me ha dado, porque el Bunbury pega cero en ese bar chungo y menos esta canción. No la recordaba y me ha sumido en la más profunda de las tristezas. Es preciosa.

Permite
que te invite
a la despedida.

No importa
que no merezca mas
tu atención.

Asi se hacen las cosas
en mi familia,
asi me enseñaron a que
las hiciera yo.

Permite que te dedique
la ultima linea,
no importa que te disguste
esta canción.

Asi mi conciencia
quedara mas tranquila
asi en esta banda
decimos adiós.

... y al final
te atare con todas mis fuerzas
mis brazos seran cuerdas
al bailar este vals.

... y al final
quiero verte de nuevo contenta
sigue dando vueltas
si aguantas de pie.

Permite que te explique
que no tengo prisa,
no importa que tengas
algo mejor que hacer.

Asi nos podemos pegar
toda la vida,
asi si me dejas
no te dejare de querer.

...y al final te atare
con todas mis fuerzas
mis brazos seran cuerdas
al bailar este vals.

...y al final
quiero verte de nuevo
contenta sigue dando vueltas
si aguantas de pie.
(Y al final, Enrique Bunbury)

Se terminó mi último día de cole. Por fin. Un amigo invisible ha actuado como tal, y haciendo honor a su nombre y no saliéndose de lo típico, me ha regaldo incienso, sales de baño y un marco de fotos. Super guay.
Otro amigo invisible me ha dejado un regalo en el árbol de Navidad de la tienda... Increíble porque, más que nada, yo no paritcipo. Así que una de dos, o hay alguien que me quiere mucho y que me hace un regalito sin esperar nada a cambio (mmm) o alguien se quedará sin regalo de super desgraciado. Aunque me huelo que va a ser más lo segundo. Ya os contaré de qué se trata esta vez.

Gracias Edu.