Delirando:
Las palomas son como kamikazes, como suicidas sin miedo a morir debajo de tu rueda. Cuando vas en bici es lo más complicado. Si si. No esquivar a las personas, no saltarte un semáforo, no los coches... no; lo más peligroso son las palomas, que se cruzan sin escrúpulos, que comen en la carretera sin pensar en que vendré yo, que no se apartan cuando ven venir a mi monísima bici con cesta amarilla...
Y ahí están todas, ya hemos encontrado dónde duermen las palomas. Siempre me pregunté dónde se colocarían por la noche, porque hasta que amanece no se ven demasiadas (por no decir ninguna) por la calle. Están ahí, todas puestas en fila encima de una fábrica/casa/edificio/lugar cuadrado como queráis llamarlo porque no recuerdo lo que es... de la calle Patilla (no?), o es de otra calle, no sé...
Da igual, el caso es que están allí. A mucha gente le dan un asco tremendo las palomas, a mi no. A mi me dan mucha penita. Se mueren más solas que nadie. Ahí en una esquina, debajo de un bordillo, entre los coches, o en el portal de una casa... Nadie se compadece de ellas, nadie las echará de menos cuando se hayan ido porque todo el mundo las trata como si fueran ratas con alas... Y las pobres son sólo unos animalitos que no tienen más remedio que alimentarse con lo que encuentran por la calle, ya sea basura o miguitas o lo que pillen. Y encima sufren el acoso de las super gaviotas que las están intentando exterminar (porque tampoco tienen demasiado que comer).
Ais, pobre palomas, apartáos de mi bici.